Joaquín Floriano, el mayordomo de la cofradía de la Virgen de la Montaña, salió ayer por la tarde del Edificio Múltiples con una sonrisa. Tenía razones para estar contento. Se acababa de reunir con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; la alcaldesa, Carmen Heras; el presidente de la Diputación de Cáceres, Juan Andrés Tovar; el presidente de Caja Extremadura, Víctor Bravo y el presidente de Caja Badajoz, Francisco García Peña.
Entre todos dieron el visto bueno al proyecto de rehabilitación integral del Santuario de la Virgen de la Montaña, que tiene como objetivo principal acabar con las humedades que deterioran el templo de la patrona de Cáceres. Las obras tienen un importe de 450.000 euros. Todavía está por determinar qué porcentaje de la inversión sufragarán estas cinco instituciones, aunque se prevé que corran con la mayor parte de los gastos. La hermandad también pondrá en marcha una campaña de recogida de fondos para que, todo el que lo desee, pueda contribuir a la causa.
«Ya está todo en marcha. Esta semana se reunirán técnicos y se presentarán los convenios a las instituciones para que las obras puedan empezar en el plazo más breve posible», dijo Floriano, quien calcula que los primeros trabajos podrían comenzar dentro de dos meses. «Hay que salvar mucha burocracia y, aunque la predisposición es buena, los plazos son los plazos», apostilló el mayordomo
El proyecto de reforma integral del Santuario, encargado por la cofradía y financiado por la Fundación Valhondo, ha sido diseñado por el arquitecto Francisco Serrano y el arquitecto técnico Pedro de Miguel Mora. Se trata de una ambiciosa actuación que, contempla, la creación de un nuevo acceso, aseos o la creación de una fuente.
No obstante, de todas las actuaciones previstas en el proyecto, los autores destacan el carácter prioritario de tres obras concretas, consistentes en arreglar la cubierta, impermeabilizar la fachada y reforzar la carpintería metálica del edificio con doble ventana. Estos trabajos están pensados para acabar con la humedad que, invierno tras invierno, daña los muros de esta construcción. El punto más castigado es el camarín de la Virgen, donde permanece la imagen de la patrona.
Cuando los obreros comiencen a trabajar en el Santuario, se centrarán, precisamente, en la bóveda, la fachada y las ventanas. «Empezaremos por sanear las humedades que tiene el Santuario, que es lo que está haciendo que el resto del patrimonio se vea afectado. De nada vale restaurar los frescos del camarín si la cúpula se puede venir abajo por las humedades», apuntó Joaquín Floriano.
Guillermo Fernández Vara se comprometió personalmente hace un año con la cofradía a buscar la implicación de instituciones para sufragar estas obras. La hermandad ha esperado durante meses la llamada del presidente regional. Y ayer, por fin, Fernández Vara trajo buenas noticias.
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